lunes, 10 de octubre de 2016

Características de la función mediadora, de planificación y evaluación del docente de hoy.

Si tenemos en cuenta la evolución del significado social de la palabra mediación, a través del tiempo, vemos que, según el diccionario: se relaciona con juicio: conocimiento de una causa en la que el juez ha de dictar sentencia, es un concepto que requiere de un juez neutro; luego con arbitraje: procedimiento para dirimir pacíficamente cuestiones entre Estados o individuos, en el que interviene un árbitro para diluir la confrontación
Más adelante con conciliación: procedimiento para ajustar los ánimos de quienes estaban opuestos entre sí, en la que un tercero, conciliador, busca el acuerdo hasta llegar a mediación: acción o efecto de mediar, llegar
a la mitad de una cosa real o deliberadamente, en la que el “mediador” facilita que las dos partes del conflicto sean las que propongan el acuerdo final, sin que alguna de ellas se sienta perdedora. La función del mediador es cuestionar la postura de las partes para hacerles ver la luz.

Si aplicamos el último contenido con la intencionalidad de enseñar, la mediación se transforma en pedagógica y se puede definir de la siguiente manera: mediación pedagógica es el procedimiento por el cual el «mediador”, uno de los tres integrantes de la tríada: docente - alumno – contenido, logra facilitar la resolución del conflicto cognitivo entre las otras dos partes intervinientes. La función del mediador es cuestionar la postura de las partes para lograr la apropiación del conocimiento.

Interjuego triangular de los actores institucionales en la mediación pedagógica
Nos dice Daniel Prieto Castillo “Es pedagógica aquella mediación capaz de promover y acompañar el aprendizaje de nuestros interlocutores, es decir promover en los otros la tarea de construirse y de apropiarse del mundo y de sí mismos”.
En una institución educativa, cuya intencionalidad es la transmisión de la cultura, hay muchos actores que, en algún momento, cumplen la función del mediador, el que cuestiona nuestro presente, el que nos pone frente a lo enigmático.
La mediación, así entendida, cambia la concepción que se tenía de los actores de la educación, docente, alumno, directivo…, quienes en un interjuego permanente dan vida a una institución educativa.
Resulta interesante, en este orden de ideas; analizar ese interjuego desde el lugar de cada uno de ellos y tener así una idea más acabada de su rol en la mediación.
Desde el lugar del docente:
La mediación es una tarea de interacción en la que es importante la actitud del docente, quien se constituye en un mediador cultural, puesto que continúa ampliando las acciones o situaciones que anteriormente el alumno recibió de su medio. La cultura aporta un código de interpretación que permite la construcción de sentidos y significados, muchas veces, transmitido en forma inconsciente.
Por otra parte, el docente adquiere un significado simbólico cuando ante la sociedad asume el rol que la cultura le asigna: cumple con el desarrollo de las funciones psicológicas superiores y se constituye en el mediador de la didáctica cognitiva y lo hace conscientemente y con intencionalidad.



A. Será un profesional de la educación si:
En el ámbito de la escuela:
• Diagnostica situaciones, propone y realiza diversas alternativas de acción.
• Implementa soluciones originales frente a situaciones problemáticas.
• Participa en las decisiones, desarrolla iniciativas.
• Pone énfasis en su preocupación por el saber, liga permanentemente pensamiento, valor y acción.
• Enriquece sus propias acciones e ideas y desarrolla la capacidad de reflexionar críticamente.
• Realiza un trabajo participativo, intercambia ideas, puntos de vista, logros y dificultades.
• Ejerce su autonomía a nivel curricular realizando un punto de encuentro entre el saber erudito y el saber cotidiano o popular.
• Define sus propias necesidades de capacitación y perfeccionamiento.
• Exhibe y evalúa críticamente los resultados de su labor educativa y los asume con responsabilidad.
En el ámbito con sus alumnos:
• Se apropia de la consigna “todos pueden aprender” y aprecia su potencial de aprendizaje, buscando estrategias, métodos, técnicas de enseñanza.
• Toma conciencia del nivel de expectativas de escolaridad que tiene frente a sus alumnos, especialmente si estos provienen de hogares de pocos recursos.
B. Será un mediador eficiente si logra:
• Dominar los contenidos y conceptos de su disciplina.
• Dominar estrategias metodológicas.
• Crear situaciones auténticas, activas, participativas.
• Promover aprendizajes significativos para los alumnos.
• Evitar enseñanzas memorísticas de contenidos aislados.
• Explicitar a los alumnos los propósitos de las tareas.
• Valorar la realidad cotidiana de sus alumnos, especialmente
la familiar y social.
• Incluir en la programación contenidos que surgen del conocimiento que poseen sus propios alumnos.
• Comprender que “priorizar el contenido de la enseñanza por sobre la posibilidad de aprehensión del mismo
por los alumnos, es un sinsentido que nos deja a mitad de camino de todo intento de ser enseñantes para convertirnos en transmisores de mensajes sin destinatario” (Carriego,
1999).
• Estimular todo tipo de aprendizaje desde los secuenciales, convergentes, hasta los basados en el descubrimiento y la intuición, la fantasía y el humor.
• Promover la metacognición, haciendo reflexionar a los alumnos sobre cómo aprenden.
• Utilizar andamiajes, visibles, audibles y temporarios.
• Adaptar las enseñanzas al ritmo de aprendizaje de los alumnos.
• Presentar desafíos de modo que los alumnos experimenten el placer de aprender cosas nuevas, interesantes y logren sentirse valorados en sus esfuerzos.
• Desarrollar estrategias para que los alumnos logren tomar
conciencia de sus posibilidades, sus logros y errores.
• Estimular la autonomía de sus alumnos.
• Utilizar la evaluación y la autoevaluación de los alumnos como un medio para promover mejores aprendizajes.

Será, en definitiva, quien facilite que, en el encuentro entre el alumno y el contenido, aquél se apropie de éste, y al reconstruirlo, logre construirse y enriquecerse a sí mismo.

Este vínculo constituye un modelo especial de interacción. Se ponen en juego una red de significaciones, valores, formas de ser, hacer y pensar al alumno, al hombre y al mundo.

En esta trama, tanto el docente como el alumno pueden colocarse como observadores, receptores o espectadores o bien como actores, productores o creadores de conocimiento.

El estilo de experiencias que el docente construya en el aula, y no sólo los temas específicos del diseño curricular, serán también fuentes de saber y aprendizaje. Así, el tipo de mensajes
que predominen en el circuito de comunicación dentro del aula, la vivencia de los ritos y tradiciones que circulen en la escuela, forman parte del conocimiento transmitido y adquirido.




Impacto esperado al desarrollarse la mediación pedagógica en el aula

Lograr que los alumnos sean competentes para:

• Capacitarse para la apropiación crítica del saber en un itinerario formativo que no cese cuando se termine la
escolaridad.
• Desarrollar una confianza creciente en sus propias posibilidades.
• Participar en el diseño, realización y evaluación de proyectos áulicos.
• Adquirir grados crecientes de autonomía para el aprendizaje.
• Interpretar objetivos.
• Elaborar un plan de orientación de la actividad aprendizaje.
• Autogestionar su propio aprendizaje.
• Elegir los mejores procedimientos.
• Evaluar el propio trabajo, anticipar resultados.
• Identificar y resolver sus propios errores.
• Tomar parte y coordinar un equipo de trabajo.
• Cooperar con los demás.
• Debatir, escuchar y argumentar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario